Namaste!!!!!
Otro nuevo día lleno de sorpresas. Ayer fue el cumpleaños de Iván así que decidimos que sería buena idea encargar unos pasteles y celebrar su 33 aniversario con todos l@s niñ@s que vienen cada tarde a las clases de repaso, además de l@s que ya están viviendo aquí; en total unos 100 niñ@s más o menos, dependiendo del día.
Así que dos días antes nos fuimos a una pastelería que encontramos en el pueblo y encargué un pastel de chocolate y otro de colorines. El hombre me hizo rellenar un papel de reserva donde tuve que anotar los datos de la recogida: día, hora y nombre.
El jueves a las 06:00h de la mañana me desperté con golpes en la puerta. Eran los niños del centro que venían a felicitar a Iván, estaban muy emocionados y cada 5 minutos picaban para comprobar si Iván ya estaba despierto y podían al fin felicitarlo. De hecho llevaban dos días diciéndole “Happy Birthday”, pero claro, el jueves era el día oficial.
Cuando Iván empezó a dar vueltas por el centro los niños iban corriendo a felicitarlo y, por supuesto, a preguntar a qué hora podrían comer pastel. Ese día los más pequeños no iban al colegio (una festividad musulmana, creo) así que Montse les organizó una actividad para que le hicieran unos dibujos a Iván. Por supuesto, se suponía que era un secreto, pero la mayoría en cuanto acababan iban corriendo a dárselo y a preguntarle: ¿cake?
Por la tarde nos fuimos con Prakash (el presidente de la ONG) a repartir libros y libretas a una escuela pública a la que acuden los niños con menor poder adquisitivo del pueblo. El 85% son procedentes de familias pobres o muy pobres, y muchos de ellos, sin estar apadrinados mediante HARIBALA por familias españolas, sería imposible que fueran a la escuela.
Cuando llegamos al colegio nos llevaron al despacho del director y nos sirvieron galletas y té mientras esperábamos. Una hora más tarde reunieron a todos los chicos y chicas de último curso (lo que en España sería bachillerato) en el patio central, en total habían unos 500 estudiantes, y nosotros teníamos que salir y hablar delante de todos ellos!!!!!
Como siempre, a un lado se pusieron las chicas y al otro los chicos.
Y llegó el momento, el director empezó a presentarnos: en primer lugar el presidente, Prakash.
En segundo lugar yo, y luego Iván, afeitado y con el pelo corto para la ocasión. No sabéis la vergüenza que pasé caminando por ese pasillo con 500 personas mirando y aplaudiendo, otra experiencia más que nunca antes había vivido.
Y por fin nos sentamos en la mesa presidencial para hacer los discursos.
Cuando llego nuestro turno fue Iván quien habló. Hizo un primer intento en inglés, sin éxito porque casi ninguno sabía suficiente inglés para entendernos. Luego chapurreó algunas palabras que sabemos en Telugu y que les hizo mucha gracia. Sabemos algo de Telugu y más o menos podemos hacernos entender, pero aún no somos capaces de mantener conversaciones fluidas. Así que finalmente hizo el discurso en catalán para que Prakash lo tradujera al Telugu.
Básicamente les dijimos que no dejaran de estudiar, y que por poco que pudieran que finalizaran una carrera. Que nosotros podíamos ser el ejemplo, que no teníamos ni casa, ni coche ni nada, pero teníamos estudios y con eso podíamos valernos siempre que quisiéramos, e incluso utilizarlo para ayudar a los demás. También que no dejaran de estudiar inglés, pues eso les permitiría salir de su mundo y descubrir otras culturas y formas de pensar. Y bueno, no sé, esas cosas que intentan motivar y que espero que calase hondo en alguno de ellos!!!
Mientras Prakash y yo escuchábamos atentos le discurso, el director del colegio posaba para la foto. Si no tuvieran el cricket, estoy segura que POSAR EN LAS FOTOS sería el deporte nacional, les encanta.
Acabados los discursos empezamos con la repartición de material, siguiendo una lista que se había formulado de acuerdo al grado de necesidad de los alumnos y sus notas del anterior curso.
Cómo no, al día siguiente éramos noticia en el periódico.
Nos despedimos y fuimos a recoger los pasteles y a comprar cuatro cosas, que pronto empezaba la fiesta.
Al llegar al centro la mayoría de niñ@s ya habían llegado y habían empezado a estudiar. Cuando Iván les dijo que, como era un día especial, se sustituían las clases de repaso por la fiesta de cumpleaños fue como si les hubiera tocado la lotería.
Primero estuvimos jugando casi a una hora. Luego empezó lo que sería propiamente la celebración. Sentaron a Iván en una silla presidiendo la fiesta y todos los niñ@s alrededor, fue toda una sorpresa ver que habían preparado un montón de cosas para celebrar este día.
En primer lugar Sujatha, Manikiamma y Thulasi le cantaron una canción.
Cuando acabó, l@s niñ@s le dieron su regalo: el dibujo de felicitación que le habían hecho cada uno de ellos por la mañana los habían puesto todos juntos a modo de libro. También le regalaron un “lungi”, una especie de pareo que llevan los indios como si fuera una falda, que lo pueden llevar largo hasta los pies o recogido por la rodilla cuando tienen que hacer algún trabajo (o simplemente para estar más frescos).
La verdad es que parte de culpa de todo fue de Montse, que se lo curró un montón.
Después del regalo siguieron más canciones, esta vez por parte de Pravina y Sucanha:
Por fín llegó el momento de soplar las velas. Preparamos una mesa con galletas, los dos pasteles y algo de beber. Por cierto, al abrir los pasteles nos esperaba otra sorpresa más:
¿¡¿¡ “Happy Birthday to URIA MORENO”!??!!!
Resulta que el nombre que le apunté en el papel de reserva era el que debía ir en el pastel, y no el del que hacía la reserva. Vale, un malentendido puede pasar, si el papelito está en telugu qué se le va hacer, pero ¿dónde está la N de NURIA?!?! Os prometo que lo escribí muy claro y en mayúsculas.
Menos mal que a Iván le dio igual, todo lo contrario, todavía está riéndose de mi. Pusimos las velas y a soplar!!!
Tod@s se pusieron en fila para repartir un poco de lo que había: un vaso con bebida, una galleta y un trocito de pastel.
Una vez estuvo todo repartido llegó el momento de los mayores. Aquí es tradición hacerse una foto mientras se le mete un trozo de pastel en la boca del cumpleañero, ¡Iván se puso las botas!
Y por fin llegó el momento de lo que tanto les gusta a los indios: ¡bailar! Montse y yo intentamos copiar lo que hacían, pero quedó claro que aunque tuviéramos muchas ganas nos faltaba práctica.
Después bailamos juntos niñ@s y mayores hasta que anocheció, bueno, mejor dicho hasta que se fue la luz. Así que entre abrazos y risas, tod@s l@s niñ@s que no viven aquí y vienen cada tarde a las clases de repaso se fueron con una linterna para casa.
Nos lo pasamos en grande y creo que tanto para Iván como para mí ha sido uno de los mejores cumpleaños que hemos vivido.